Arquitectura metálica para el ocio

Arquitectura metálica para el ocio

Uno de nuestros hobbies favoritos es viajar y poder admirar edificios, puentes, pasarelas, etc… representativos de la arquitectura metálica o en los que las estructuras metálicas tengan una marcada importancia. Su belleza, complejidad y funcionalidad una vez forman parte de un todo, nos hace sentirnos aún más orgullosos de nuestro sector.

En estos tiempos que vivimos, en los que debemos contribuir a que la economía no se pare sin olvidarnos de nuestra salud, queremos recomendaros algunas de las visitas que podéis hacer los que, como nosotros, vivís en la Comunidad Valenciana.

Para comenzar nuestras recomendaciones, hemos elegido la ciudad de Valencia, pero en futuras publicaciones recorreremos el resto del territorio.

Estación del norte

La actual Estación del Norte fue inaugurada el 8 de agosto de 1917. y fue proyectada por el arquitecto valenciano Demetrio Ribes Marco. Debido a sus características arquitectónicas y a sus atributos ornamentales, sería declarada Monumento Histórico Artístico en 1961 y Bien de Interés Cultural en 1983.

Consta de dos zonas claramente diferenciadas: el gran hangar, de planta rectangular y cerrado con estructura de arcos articulados de acero laminado; y el edificio de viajeros que destaca por su fachada de estilo modernista valenciano, profusamente decorada con motivos populares y del campo, con una destacada presencia de la naranja. El interior del mismo también alberga multitud de mosaicos de la misma temática.

Pero lo que a nosotros nos interesa más, es su cubierta interior. Se trata de una gran bóveda elevada sobre una estructura metálica con apoyos articulados, obra del ingeniero Enrique Grasset Echevarria, que supuso un alarde tecnológico para la época ya que cubre una luz de 45 metros y dispone de un lucernario central que sirve tanto para la entrada de luz, como para la ventilación de la estación.

Y un poco más allá, podemos seguir disfrutando de la arquitectura propia de los ferrocarriles en las naves de Demetrio Ribes concebidas como antiguo almacén ferroviario y que han sido rehabilitadas y convertidas en espacios de uso cultural y de ocio muy variado.

La mayoría se encuentran en la plaza dedicada al arquitecto valenciano ubicada en el vecino Parque Central. Presentan una estructura muy industrial propia de la función con la que fueron creadas, techos altos, entradas amplias y estructura en hierro a la vista para los tejados. Algunos de ellos tienen los laterales también abiertos potenciando la ventilación de la nave.

Tinglados

Construidos para el almacenamiento de mercancías entre 1911 y 1923 fueron obra de los ingenieros José María Fuster y Fausto Elio Torres. En la actualidad sólo quedan tres de los seis que se construyeron, los números 2, 4 y 5.

Son grandes naves rectangulares de estructura metálica, protegidas por una cubierta, pero abiertas al exterior por los frentes que miran a la dársena interior. En los extremos de estas naves, encontramos espacios completamente cerrados ya que en ellos se almacenaban las mercancías de mayor valor o las que necesitaban unas condiciones especiales de conservación.

Destaca la decoración modernista alusiva al comercio y la navegación y los mosaicos cerámicos de temática frutal, acorde a la temática decorativa de la Estación del Norte.

Mercado Colón

En origen se construyó como mercado para la venta de productos de huerta, carnicería, volatería y pescadería. Entre 1997 y 2003 el edificio fue rehabilitado y convertido en un Centro Comercial de Ocio y Restauración. En el año 2007 el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural.

El Mercado Colón fue construido entre 1914 y 1917 por el arquitecto Francisco Mora Berenguer, natural de Sagunto. Es un buen ejemplo de la estética modernista imperante en la época.

Se estructura en tres naves: una central, cubierta por una estructura metálica sobre columnas de fundición formada por 9 crujías. La iluminación se refuerza en su parte superior por una alargada claraboya o lucernario que recorre todo lo largo de esta nave; y dos laterales con un voladizo metálico de 6 metros de longitud en la cara exterior.

Mercado central

En último lugar, pero no menos importante, recomendamos el Mercado Central, que junto a los anteriores es uno de los edificios modernistas en los que la arquitectura industrial del hierro consigue unos resultados excepcionales.

Inaugurado en el año 1928, la cerámica, el hierro, la piedra, y las vidrieras, adornan profusamente interiores y exteriores de este gran edificio dedicado al comercio.

La planta del edificio se diseñó para adaptarse a la forma irregular de la parcela que ocupa, resolviéndose las cubiertas por medio de innovadoras cúpulas y diferentes techumbres inclinadas.

Al entrar en este imponente edificio llama poderosamente nuestra atención la armadura de cubrimiento, que nos remite a las grandes arquitecturas industriales del hierro. Sus cúpulas de hierro, cristal y cerámica aportan la luz que semejante estructura merece.